Mi amor por la música es notorio desde que tengo uso de razón. No recuerdo un solo momento sin ella. Desde muy pequeña, mi madre, Sara Sae, me adentró en el mundo artístico de la mano del baile, para después guiarme hacia el cante. Creo de verdad en que la música sana y con mi disco aprovecho para aportar mi granito de arena sumándome a aquellas personas que quieren sanar el mundo, empezando por seleccionar bien la letra de las canciones y no caer en el error de la xenofobia, desigualdad, racismo e intolerancia, etc. Mi mensaje va dirigido a toda la gente de mi generación que hace y escucha música, a quienes les pido que sumemos nuestras voces para luchar juntos y no permitir que haya maltrato a la mujer en las letras de canciones actuales. Entre todos podemos conseguirlo.